Fiestas populares, de alcance local y nacional, noches gourmet, campeonatos deportivos de primer nivel y turismo aventura son parte de la variada gama de opciones que Tucumán ofrece para esta temporada de verano.
Los visitantes podrán disfrutar de una nueva edición del Dakar; el Seven de Rugby y la Fiesta Nacional del Queso en Tafí del Valle; noches temáticas gourmet y espectáculos en vivo en el Anfiteatro del Dique El Cadillal, y la Fiesta de la Humita, entre otras actividades programadas.
También se celebrarán las fiestas de la Virgen de Lourdes y la del Quesillo, en San Pedro de Colalao; del Antigal, en Colalao del Valle; del Caballo Cerreño, en Raco; de la Verdura, en El Mollar, y la Fiesta Nacional de la Pachamama y el «Amaicha Reggae», en Amaicha del Valle.
En paralelo con los grandes festivales provinciales y nacionales, se realizarán desfiles, recitales, obras de teatro, encuentros, competencias deportivas y de recreación, según datos del Ente Tucumán Turismo.
Su titular, Bernardo Racedo Aragón, sostuvo que Tucumán tiene, además de paisajes para el asombro, toda una impronta histórica que marcó la vida de los argentinos, como el haber sido cuna de la Independencia y también la centenaria Universidad nacional, que se ofrece a los visitantes.
«No se puede vivir en donde no se conozca la cuna de la independencia; no se puede no conocer El funcionario dijo a Télam que cuando conozcan la provincia «van a descubrir que la historia está marcada en las calles de Tucumán; que Belgrano pasó por esas cuadras y le regaló a la Virgen de la Merced un bastón de mando y que marcó un antes y un después en la conquista de argentina en la búsqueda de la independencia».
Los palacetes de arquitectura francesa construidos en su mayoría -como la Casa de Gobierno- por los primeros dueños de ingenios que iban a Francia a comprar trapiches, son otro de los atractivos de San Miguel, además de la famosa Casa Histórica.
Desde esa capital se pueden diagramar circuitos cercanos para disfrutar del paisaje provincial, como una escapada al Dique El Cadillal, a unos 21 kilómetros, que tiene un anfiteatro donde todos los fines de semana se ofrecen espectáculos y en el que se puede practicar tirolesa, canotaje y paseos en catamarán.
Otras localidades recomendables para visitar son Raco y El Siambón, a 55 kilómetros de la ciudad, que por décadas fueron el descanso preferido de las familias tucumanas que buscaban escapar al intenso calor de la urbe y hoy son un atractivo para los miles de turistas que buscan, tranquilidad y actividades como golf, mountain bike o carreras de aventura.
Para quienes gustan de actividades extremas, el cerro San Javier es uno de los mejores lugares del país para hacer parapente, al punto de ser sede de los juegos panamericanos en esta disciplina, además de la prueba de mountain bike «El transmontaña», que se realiza en agosto y congrega a más de 4.000 aficionados a ese deporte.
«Después del San Javier la gente va a tomar el té a Villa Nogués, porque es una ciudad aristocrática, linda, divertida, que dicen se parece a una colonia suiza, y después por lo general los turistas vuelven a dormir a Tucumán», explicó Racedo Aragón.
Tras el descanso, el visitante puede programar un viaje por los Valles Calchaquíes y degustar las tradicionales empanadas tucumanas en Famaillá -que tienen entre 10 y 15 repulgues, ni más ni menos-, declarada capital nacional de ese producto y lugar donde se realiza una original Fiesta de los Mellizos.
También es una buena oportunidad para conocer, en la ciudad de Acheral, donde vivió y realizó sus famosas y largas cabalgatas Atahualpa Yupanqui, el remozado museo del «Gran Ata».
«Y cuando se sube el cerro lo que sorprende es que empieza con selva y selva, y a medida que va subiendo va cambiando la vegetación, para terminar en un pasto muy cortito cuando se llega a Tafí del Valle, lugar especial para probar los quesos y hacer cabalgata. Es la ciudad veraniega por excelencia de la provincia», precisó el titular del Ente de Turismo.