La Organización Mundial de la Salud (OMS) activó ese sábado su máximo nivel de alerta para tratar de contener el brote de viruela del mono, que ya afectó a casi 17.000 personas en 74 países. Así lo anunció su director general.
«He decidido declarar una emergencia de salud pública de alcance internacional», afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus en una rueda de prensa. A su vez, aseguró que el riesgo en el mundo es relativamente moderado, salvo en Europa, donde es alto.
El funcionario explicó que el comité de expertos no había podido llegar a un consenso y seguía dividido en cuanto a la necesidad del máximo nivel de alerta, pero como director general de la OMS la decisión final quedó en sus manos.
«Es un llamado a la acción, pero no es el primero», dijo, por su parte, Mike Ryan, responsable de emergencias de la OMS, quien sostuvo que espera que la alerta permita una acción colectiva contra la enfermedad.
Desde principios de mayo, cuando se detectó por primera vez la viruela sísmica fuera de los países africanos donde es endémica, la enfermedad afectó a más de 16.836 personas en 74 países, según los centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC) hasta el 22 de julio.
En la Argentina se confirmaron 13 casos de viruela del mono hasta el 14 de julio, de los cuales 12 presentaron antecedentes de viaje previo al inicio de los síntomas. Así lo reportó el ministerio de Salud.
La viruela del mono no es una enfermedad de transmisión sexual, pero fuera de las zonas endémicas afecta a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, con algunas excepciones.
Fue detectada por primera vez en humanos en 1970. Esta clase de viruela es menos peligrosa y contagiosa que la viruela, erradicada en 1980.
La enfermedad se manifiesta primero como fiebre alta y progresa rápidamente a una erupción cutánea, con formación de costras. La mayoría de las veces es benigna y, se suele curar de manera espontánea después de dos o tres semanas.