El póster de aquel lejano equipo campeón del 86 continúa todavía pegado a la pared sobreviviendo a los años y mostrando los rostros jóvenes de aquellos jugadores iluminados por el sol victorioso del estadio Azteca. Se los ve ansiosos esperando que comience el partido que los depositaría en la gloria para siempre. Después vinieron los tiempos malos que se llevaron casi todo, salvo la imagen de aquellos que nos hicieron abrazar como hermanos. Es nuestro sueño que esos días regresen.
Se aproxima el mundial, faltan días apenas y ya se respira acá en Lomas la dicotomía, que va desde los extremos de aquel fanático que ya se bajó diez aplicaciones distintas para seguir el Mundial y no entiende por qué ahora el celular le anda más lento que un Nokia 1100 a aquel que odia el mundial y es adepto a que mientras juega Argentina, salir a buscar ofertas en los negocios molestando a los empleados que miran el partido, acaso porque desde chico lo elegían último a la hora del pan y queso e iba siempre al arco.
Yendo a lo puntual se plantea una de las cuestiones clave ¿Por dónde miro los partidos? ¿Uno después de mucho ahorrar que se compró un TV Led de 1000 pulgadas, 4D, con Smart, acelerador de partículas y que pide las empanadas al grupo de Wathsapp de Lomas automáticamente, para ver en la imagen absolutamente NO HD del cable o de la TV por aire? Inaceptable, entonces quedan las dos opciones, la onerosa de la TV Satelital o claro, la Televisión Digital, gratuita y en Alta Definición, que algunos rechazan por un cuestión ideológica (¡).
Ahí se plantea un problema absurdo, todos los que usamos la TV Digital sabemos que hay una diferencia de 3 segundos con la TV común, eso en cualquier partido es intrascendente, pero en los partidos de Argentina que hasta las abuelitas ven el partido es imposible no escuchar antes los gritos o la ausencia de ellos, salvo que vivamos rodeado de las habituales casas fantasma que tenemos en Lomas, los partidos de Argentina entonces, si queremos disfrutarlo en FULL HD, serán por unos segundos en diferido.