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Las familias Juárez y Segura viven al lado, en la manzana 17 del barrio Lomas de Tafí. Se mudaron allí el 29 de diciembre y en Año Nuevo brindaron por la llegada de 2009 y por los nuevos amigos que acababan de conocer. Son dos de las 600 familias que recibieron sus casas que forman parte del megaemprendimiento habitacional que se está levantando en Los Pocitos; y son algunas de las que ya se mudaron a las nuevas viviendas.

“De a poquito vamos conociéndonos. El brindis de Año Nuevo fue el primer acercamiento con los vecinos de al lado. Surgió casi espontáneamente y fue muy lindo”, contó Jorgelina Navarro de Segura. Sus hijos, Nahuel, de 12 años; Lourdes, de nueve y Nuria, de siete, fueron los primeros en conocer a su vecina, Constanza Juárez, de tres años. “Se juntaron los chicos y por eso nos conocimos los padres”, dijo Jorge Juárez. Además de ser vecinos y amigos, son guardias: “da tranquilidad saber que al lado hay alguien, cuando tu casa está vacía”, señaló Jorgelina. Los habitantes de Lomas de Tafí que están estrenando el barrio – que ha sido proyectado para ser ciudad- encontraron diversas estrategias para conocer a los vecinos que ya se mudaron a sus casas.

Daniel Galiano, su esposa, Graciela, y su hijo, Mauro, se despiertan todos los días a las 7. Alzan los baldes y las palanganas de colores y empiezan a recorrer el barrio de a pie. Tocan el timbre de cada casa habitada y ofrecen sus productos.

“Trabajamos vendiendo tachos y es la forma que tenemos de conocer a los demás”, contó Daniel, mientras dejaba los baldes que usaba de sombrero en el piso y se secaba el sudor de la frente. Aunque en Lomas de Tafí las ventas de la pulmones” verdes son menores a las de Villa Muñecas, donde solían vivir, les agrada la idea de trabajar y, al mismo tiempo, hacer nuevos amigos.

“Nos mudamos el día que inauguraron el barrio y desde entonces no dejamos de conocer personas”, añadió Graciela, que llevaba las palanganas debajo del brazo el día en el que LA GACETA visitó Lomas de Tafí para conocer “los primeros pasos” de este megabarrio.

Casa y almacén

Cuando se mudó a Lomas, Nélida Cabrera tuvo que cerrar su quiosco de avenida Soldati al 1.400. “Es muy lejos y ya no podía seguir trabajando en ese lugar”, contó. Por eso, aprovechó la comodidad de la casa propia e instaló un almacén.

Su negocio es uno de los primeros que se instaló en el barrio. Está ubicado en la calle principal y permanentemente recibe clientes que viven en la zona y que compran desde cigarrillos hasta mayonesa. “Es lo único que hay cerca”, dijo Mabel, una vecina que visita el negocio casi a diario.

“Este es mi medio de vida y me permite ganar dinero y, al mismo tiempo, cuidarla a mi mamá, de 80 años, que vive conmigo”, indicó Nélida, después de atender un cliente a través de la ventana.

Fuente: La Gaceta

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