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Este 2016 es bisiesto. Y eso significa que febrero tendrá 29 días, algo que únicamente sucede cada cuatro años y que tiene una explicación: corregir las diferencias en el calendario. Siempre se dice que el año tiene 365 días, aunque realmente son 365 días, cinco horas y 56 minutos. Pero estas horas y minutos de más no se contabilizan, por lo que cada cuatro años se suma un nuevo día al mes más corto: febrero. Esto provoca que el año bisiesto tenga 366 días. Si no se hiciese así, cada doce años tendríamos un año con tres días de más

Equilibrar año solar y cronológico

La Tierra tarda realmente 365 días, cinco horas y 56 minutos dar la vuelta alrededor del Sol. Y para equilibrar esto con el año cronológico, cada cuatro años el año pasa de tener los usuales 365 días a contar 366. Si no se hiciera de esta manera, cada doce años un año tendría tres días de más.

Historia del año bisiesto
Este sistema para determinar los años bisiestos fue puesto en marcha por Julio César. Llegó a Egipto y encontró un excelente calendario en las tierras de la faraona egipcia Cleopatra, mientras el romano estaba lleno de desfases. Fue entonces cuando delegó a Sosígenes de Alejandría, astrónomo, matemático y filósofo, la tarea de diseñar el conocido comocalendario juliano que tenía una duración de 365 días y un día adicional inicialmente cada cuatro años, para compensar un desfase natural producido por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol. La compensación de los desfases que tenía acumulados el calendario romano provocó que el año 46 a.C. se convirtiera en el más largo de la historia, con 445 días de duración para compensar e iniciar nuevamente de cero. A este inusual año se le llamó «año juliano» o el «año de la confusión», según apunta Wikipedia.

Significado de la expresión
Año bisiesto es una expresión que deriva del latín bis sextus dies ante calendas martii (sexto día antes del mes de marzo), que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero por Julio César. En el calendario juliano , el 24 de febrero era el sexto día antes de las calendas (primer día del mes) de marzo. Los romanos no contaban los días del mes del 1 al 31, sino que tomaban tres fechas de referencia: calendas, nonas e idus. Para contar se incluía el día de referencia (en este caso, el 1 de marzo).

Ya en el calendario gregoriano, hecho por el papa Gregorio XIII y que se usa actualmente, se siguió con esta manera de compensar y este día de más se situó al final del mes de febrero, por ser el mes más corto. Así, cada cuatro años en lugar de tener 28 días febrero tiene 29.

Fuente: La Vanguardia

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